lunes, 9 de enero de 2012

El mundo secreto©

Hace mucho no escribo aquí, casi un año ha pasado. Pero no creo que afecte tanto al universo. No tengo una multitud de gente que me lee o por lo menos eso me agrada pensar a veces. Así no titubeo a la hora de escribir y expresar lo que pienso. Las palabras fluyen mejor y los parráfos se construyen mágicamente en un pestañear.

Es cierto que escribo con una identidad a medias pero el temor aún persiste y en momentos le gana la batalla al valor y 'coraje' que reconozco poseer. No obstante aparesco nuevamente por estos mares para simplemente dejar un pedacito de mí, de esos que nacen y se reconstruyen con cada día que pasa.

Para los que tropiecen con él por accidente o por decisión.

Hace varios días atrás recorriendo las calles del gran pueblito donde vivo con mi esposo, noté algo.

Ya casi no fantaseo... O.O [Say what!?] 

 Me imagino que deben estar pensando que acabo de perder la pasión por el mundo y la vida, etc, etc. Les aseguro que, luego de una explicación verán que en esta situación particular, el no fantasear NO representa el que haya caido en una depresión sin fondo.

Resulta que andaba yo, como siempre, en mi laguna mental. Esa a donde se escabullen todos los asuntos discutidos a medias. Y de todos quien surgió del fondo fue la cuestión de las fantasías ó en buen Inglés lo que se llama comúnmente "daydreams".

Para ser más específica les diré que hablo del acto inocente que muchos adolescentes cometen cuando estan enamorados, por primera vez y por las miles de veceses que creen que el amor de sus vidas ha tocado las puertas de su corazoncillo tierno. Esos momentos íntimos, románticos y sobre todo falsos que pasamos con nuestra potencial pareja o celebridad idolatrada en nuestra cabeza.También hablo de las realidades alternas que cada cual inventa para safarse de su insufrible vida, aunque sea por un ratito, con ayuda de los duendes verdes o no.

Sí, de ese hablo y no de ningún otro tipo de fantaseo... ¡Frescos! -.-

Ya no tengo este deseo por ser la novia de James McAvoy o encontrarme inesperadamente en uno de mis viajes ilusorios al extranjero con Brad Pitt. No existen vidas alternas donde soy una super espía que cubre sus pasos con la oscuridad de la noche y mucho menos recuerdo el rostro de Pepito el que vive en la esquina, aquel niño de cabello rubio y ojos verdes que me robaba los respiros.

Nó, ya no hay nada de eso y muchas otras cosas que solía pensar. Encontré mi príncipe encantadoramente anfibio en un pantano cerca de la metrópolis, gracias a una amiga y el increíble sentido del humor que comparto con mi principe, mi pequeño T-rex, el escritor de las odiseas jamás imaginadas.

La alegría que compartimos y los momentos que vivimos, dulces o amargos, son más que suficiente para que mis locas aventuras que no ocurrieron desaparecieran. Tengo lo que deseo y siempre anhelé hallar. Mi vida ha llenado de tranquilidad aún dentro de las tormentas. Ya no existe una intragable realidad y mísera existencia de la cual huir porque lo tengo él. Él es mi sol.

Ya no fantaseo a menudo pero cuando lo hago, él es el protagonista de mi telenovela.

No digo que fantasear es malo, por supuesto que no lo es. Fantasear con tu futuro es una de las claves para alcanzar las metas propuestas en alguna tarde de verano o al comienzo del año. Sobre todo cuando son experiencias que te ayudarán a crecer como persona. Pero si tienes pareja y no la vez en tu futuro y tus fantasías, opino que es hora de revisar tu relación.
Terminó trágico lo que escribí, lo sé. Es que no puedo evitar reflexionar sobre las cosas más triviales y no compartirla con mi público inexistente.

¡Linda noche!

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